noviembre 12, 2019

BIOGRAFÍA DEL CAPITÁN DE CORBETA DON REMIGIO ELÍAS AGUIRRE ROMERO (1843-1879)


Capitán de Corbeta Elías Aguirre Romero, segundo comandante del "Huáscar", muerto en combate sobre la cubierta del glorioso Monitor a los 36 años de edad. Cuando tenía 23, Aguirre combatió en Abtao, defendiendo la integridad territorial de Chile contra las pretensiones españolas.
Elías Aguirre Romero nació en Chiclayo el 01 de octubre de 1843. Ingresó en la Escuela Naval en 1858 y obtuvo el título de guardiamarina en 1860 con el que fue embarcado en la fragata Amazonas. Alférez de fragata en 1864, fue teniente segundo en 1865. En la corbeta Unión participó en el combate de Abtao, por lo cual se le concedió el ascenso a teniente primero. Una altiva carta a su padre que publicó El Nacional lo colocó entre los marinos que protestaron del nombramiento del almirante Tucker como jefe de la escuadra.
Formó parte de la comisión de oficiales encargada de traer de Estados Unidos a los monitores Manco Capac y Atahualpa. Se negaron ellos a embarcar expertos norteamericanos en esos barcos y Aguirre asumió el puesto de segundo comandante del Atahualpa en la temeraria travesía hecha del Atlántico para doblar las costas del Sur en América meridional. Ascendió a capitán de corbeta, cuyo título le fue extendido en 1870. Segundo comandante de la Unión, participó en el penoso viaje a Inglaterra que esta corbeta hizo para carenarse.
Al regreso, tradujo y publicó una obra sobre estudios relativos a la navegación en el estrecho de Magallanes. Subdirector de la Escuela Naval, pasó en 1875 a ser comandante de la cañonera Chanchamayo, tripulada por jóvenes recién salidos de la Escuela de Grumetes. Entonces confirmó su reputación de marino serio y estudioso, instruido y práctico. Pero cuando se perdió este buque, Aguirre fue destituido y enjuiciado. Noblemente, vindicó a todos sus oficiales y pidió para él todo el rigor de la ley. Separado de la escuadra, ocupó un puesto en la compañía cargadora de guano en Pabellón de Pica. Solicitó volver al servicio al estallar la guerra con Chile y fue embarcado en la corbeta Unión. A pedido de Grau, pasó a ser segundo comandante del Huáscar.
En el combate de Angamos, el mismo proyectil que chocó en la torre del comandante del Huáscar la perforó y, estallando adentro, hizo volar a Grau y dejó moribundo a su ayudante teniente primero Diego Ferré. Tomó entonces el mando del monitor el segundo comandante, capitán de corbeta Elías Aguirre, a cuyas órdenes continuó el combate tenazmente no obstante que “las dificultades del gobierno no permitían al Huáscar mantener una dirección constante de manera que sólo aprovechaba parte del andar que le producía su máquina” (dice Melitón Carvajal en su relación del combate). Así encerrado entre los blindados dirigió sus fuegos sobre el Blanco e intentó embestirle con el espolón. Aguirre murió y también el teniente primero José Melitón Rodríguez.
Los vacíos que ha dejado en los archivos del departamento marítimo una de las tantas revoluciones políticas que vienen empujándose en el ya abierto abismo de ruina y de deshonra en que nos vamos precipitando, han hecho imposible reunir los datos biográficos de los oficiales a quienes cupo la honra de sucumbir a bordo del Huáscar, antes que su pabellón fuera sustituido y del que ha muerto a consecuencia de las heridas recibidas en ese desigual combate.
El de más graduación, Capitán de Corbeta don Elías Aguirre, era un joven altamente apreciado como carácter y bien reputado por los conocimientos profesionales que adquirió en la escuela militar, practicándolos después en casi dieciséis años de embarcado, durante los cuales recorrió la mayor parte de los buques de nuestra armada.
Hecho Guardiamarina el año 1860, obtuvo cuatro años después la clase Alférez de Fragata y se preparaba a hacer un viaje de estudio para el cual había obtenido licencia cuando la imprevista agresión de la escuadra española hizo necesaria en los pocos y débiles buques que componía la nuestra, la presencia de todos los oficiales en aptitud de servir.
A poco de haberse embarcado, el gobierno de Pezet le dio la clase Teniente Segundo, haciéndolo figurar en el cuadro de oficiales que debía ir a recibir en Valparaíso a la Unión, que, a cargo del finado Contra Almirante Miguel Grau, venía de Europa, recién comprada.
Una vez en Chile, Elías Aguirre manifestó al jefe de la comisión no ser partidario de la política de Pezet y siguiendo la corriente de la opinión dominante en esa época, se afilió a la causa de la restauración, embarcándose después en la corbeta Unión, en cuyo buque permaneció hasta noviembre de 1865.
Poco después salió con la escuadra a invernar en los canales de Chiloé y por su presencia en el combate de Abtao como tripulante de la misma corbeta obtuvo la clase de Teniente Primero efectivo.
Después de este ascenso se dirigió a Estados Unidos para traer los famosos monitores Manco Capac y Atahualpa, perteneciendo a la dotación del primero de ellos en la temeraria travesía que hicieron del Atlántico y las bravías costas del sur de Chile.
Esta arriesgada comisión le valió la clase de Capitán de Corbeta, con la cual y sus conocimientos ya probados, se le confirió el honroso puesto de Subdirector en la Escuela Naval, puesto que desempeñó de una manera tan satisfactoria, puede decirse que en él aseguró su reputación profesional.
Un año después, en 1875, se le confiaba el mando de la cañonera Chanchamayo, lo cual coronó la buena reputación que con su carácter serio y estudioso, caudal de instrucción y práctica profesional, había sabido conquistar.
No mucho después ocurrió la pérdida de este buque, que venía de Paita a Etén navegando a la vela, y este hecho, que originó el juicio y destitución temporal de Elías Aguirre, lo había desconceptuado para la generalidad de las gentes y acaso hubiera influido por mucho tiempo en su carrera sin la muerte gloriosa que ha venido a disipar esa mala atmósfera.
La falta de Aguirre fue, sin embargo, un defecto común a las competencias de todas las profesiones y a los marinos de las potencias marítimas, y ella explica gran número de siniestros de la marina inglesa, de la marina del mundo: tenía seguridad en sus cálculos.
Alguna mayor práctica local le hubiera aconsejado tomar en cuenta la desviación que en Punta Aguja produce la corriente y las ilusiones ópticas que forman sobre esa costa la neblina casi constante y el calor del suelo; pero aun atribuyendo a estas causas parte en el siniestro, está probado que si bien él asumió caballerosamente la responsabilidad, ésta correspondía por completo a un tercero.
Desde 1876 Elías Aguirre permaneció fuera del servicio y acaso en la opinión superficial estaba declarado inhábil para tomarlo de nuevo, hasta que al declarársenos la guerra largo tiempo incubada en Chile, consiguió que se le agregara a la plana mayor de una de las divisiones navales que organizó la condescendencia; y más tarde, cuando el Comandante Otoya pasó de segundo del Huáscar a Comandante del Rímac, Aguirre lo reemplazó en aquel puesto, al que ha hecho honor con su valiosa sangre.
Fuentes
- Basadre, Jorge. 1968-70. Historia de la República del Perú. 6ta. ed. Lima: Editorial Universitaria, vol. VIII.
- Melo, Rosendo. 1884. Los muertos del "Huáscar": Apuntes biográficos, Pascual. Ahumada, 1884. Guerra del Pacífico, Valparaíso: Imprenta del Progreso, vol. I.

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